Robert Hansen nació el 15 de febrero de 1939 en Estherville, Iowa, Estados Unidos. Hansen, tuvo una infancia difícil, con un padre abusivo que se burlaba de su tartamudez, lo golpeaba y era distante con los problemas que Robert enfrentaba. En su adolescencia, Robert, provocó un incendio y robaba, siendo sus primeros encuentros con el mundo delictivo y con las autoridades. En la década de 1960, Hansen fue arrestado por acosar sexualmente a una mujer, dicho incidente reveló su obsesión por dominar y controlar a las mujeres. Años mas tarde, Hansen, se mudó a Alaska en 1967, donde trabajó como panadero. Estaba casado y tenía dos hijos, lo que aparentaba ser una vida normal. Era conocido por ser un cazador y pescador con experiencia, algo común en Alaska. Sin embargo, detrás de esta fachada de ciudadano común, se escondía una vida secreta de violencia y depravación.


Robert Hansen joven


Robert Hansen joven


Casa donde vivía Robert Hansen


En 1971, fue acusado de violar a una mujer en Alaska, Aunque fue arrestado, el caso no prosperó debido a la falta de pruebas. Después de esto, Robert, se volvió más cuidadoso para no dejar pruebas ni ser capturado por la policía. En 1973, comenzó a seleccionar a mujeres jóvenes en situaciones vulnerables, como bailarinas exóticas, prostitutas o mujeres que trabajaban en bares. Estas mujeres eran menos propensas a ser reportadas como desaparecidas, lo que reducía el riesgo de ser detectado. Generalmente, las abordaba en lugares públicos, como estacionamientos o en clubes nocturnos.

En julio de 1973, En una zona de Alaska llamada Anchorage, Joanna Messina, una bailarina exótica de 24 años, conoció a Robert Hansen en un bar. Hansen, la amenazó con un arma de fuego para obligarla a ir con él hasta su auto. Una vez dentro, la secuestró y la llevó a un área remota, donde la asesinó sin piedad. a pesar del asesinato, no se hizo las investigaciones al respecto. Para evitar sospechas, Hansen dejó de asesinar durante dos años. Sin embargo, en 1975, Lisa Futrell, una mujer de 23 años, fue secuestrada, abusada y asesinada por Robert Hansen, Utilizando el mismo método. Aprovechaba la geografía desolada y difícil de Alaska para secuestrar y desaparecer a sus víctimas. Solía usar un auto para trasladar y, posteriormente, usaba su avión privado para llevar a sus víctimas a zonas densamente boscosas y montañosas. La vegetación y el terreno hacían casi imposible que alguien encontrara los cuerpos sin una guía precisa. Una vez en la zona boscosa, Hansen liberaba a sus víctimas y las perseguía como si fueran animales en una cacería. Después de asesinarlas, enterraba los cuerpos en fosas poco profundas o los dejaba en lugares donde era poco probable que fueran encontrados.


Robert Hansen joven


Robert Hansen joven


Robert Hansen


Robert Hansen


Robert Hansen

Robert Hansen, planeaba al detalle todos sus asesinatos y escogía el sitio más inhóspito para enterrar a sus víctimas, Robert, pensó que jamás lo descubrirían. Hasta que en 1983, Cindy Paulson, una joven de 17 años que trabajaba como dama de compañía, fue secuestrada por Hansen. Él, la llevó a su casa, donde abuso de ella y la mantuvo cautiva. Luego, la subió a su avión privado con la intención de llevarla a una zona remota para asesinarla. Sin embargo, durante una distracción de Robert Hansen, Cindy, logró escapar y corrió hacia una carretera cercana, donde un camionero la ayudó y la llevó a la policía. Cindy, proporcionó una descripción detallada de Hansen, su avión y su casa. Aunque inicialmente la policía no logró vincularlo directamente con otros crímenes, esta denuncia fue crucial para poner a Robert Hansen en el radar de las autoridades.


Glenn Flothe, investigador que dio con la captura de Robert Hansen


Cindy Paulson, escapó del secuestro de Robert Hansen y lo delato con la policia


Glenn Flothe, un detective de la Policía Estatal de Alaska, estaba investigando una serie de desapariciones de mujeres en Anchorage, mismo lugar donde operaba Robert Hansen. y se dio cuenta que Muchas de las víctimas eran trabajadoras sexuales o bailarinas exóticas, lo que dificultaba la investigación debido a la falta de denuncias inmediatas. Sin embargo, notó un patrón, varias mujeres habían sido vistas por última vez en áreas cercanas a clubes nocturnos o estacionamientos. Cuando el detective se enteró del caso de Cindy Paulson, comenzó a sospechar de Robert Hansen. La descripción del avión y la casa coincidían con las pistas que tenía. Además, Hansen ya tenía antecedentes por agresiones sexuales, lo que lo convertía en el principal sospechoso. En octubre de 1983, la policía allanó la casa de Robert Hansen y encontró evidencia incriminatoria. Como un mapa marcado con varias equís, en áreas remotas de Alaska. Armas de fuego y cuchillos que coincidían con las descripciones de las víctimas. Fotografías de mujeres que parecían ser víctimas. Un avión privado que coincidía con la descripción de Cindy Paulson. Por todas estas pruebas, Hansen, fue arrestado y, bajo presión policial, comenzó a cooperar con las autoridades para evitar la pena de muerte.


Robert Hansen arrestado por la policía de Anchorage


Robert Hansen arrestado por la policía de Anchorage


Robert Hansen arrestado por la policía de Anchorage


Avioneta de Robert Hansen


Robert Hansen y su avioneta


Rifles de Robert Hansen


Mapa donde Robert Hansen enterraba a sus victimas en Alaska


Investigadores revisando el mapa hecho por Robert Hansen


Lisa Futrell, victima mortal de Robert Hansen


Joanna Messina, victima mortal de Robert Hansen


Policia de Anchorage buscando a los cadáveres, según el mapa y lo dicho por Robert Hansen


Policia de Anchorage buscando a los cadáveres, según el mapa y lo dicho por Robert Hansen


Policia de Anchorage buscando a los cadáveres, según el mapa y lo dicho por Robert Hansen


Robert Hansen recibiendo su sentencia


Última foto de Robert Hansen en prisión


Durante la investigación, Hansen confesó haber asesinado a varias mujeres y proporcionó detalles del mapa que encontró la policía, en dicho mapa, marcó las ubicaciones donde había enterrado a sus víctimas. Este mapa fue crucial para localizar los cuerpos en las densas y remotas áreas boscosas de Alaska, donde encontraron restos humanos y evidencias que confirmaban los asesinatos. Muchos de los cuerpos estaban en fosas poco profundas o simplemente abandonados en lugares aislados, lo que hacía casi imposible encontrarlos sin la guía de Hansen. Hansen, confesó haber asesinado a 17 mujeres, aunque solo se pudieron identificar y recuperar los restos de 12 de ellas. Algunas de las víctimas nunca fueron encontradas debido a la dificultad del terreno y al paso del tiempo. El 18 de febrero de 1984, Hansen, fue sentenciado a 461 años de prisión sin posibilidad de libertad condicional. Pasando el resto de su vida en la Penitenciaría de Spring Creek en Alaska, donde murió el 21 de agosto de 2014 a la edad de 75 años debido a causas naturales.


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